Hay una anécdota en la Historia que cuenta que cuando las masas hambrientas de París se manifestaron en las calles María Antonieta preguntó a qué se debía aquel alboroto. Le contestaron: "Gritan porque no tienen pan, majestad" Y ella no se le ocurrió otra "gracia" que decir: "Oh, pues que coman pasteles".
Cuando leí esto pensé: "Qué miserable puede llegar a ser algún poderoso y cómo justifican las revoluciones con su falta de humanidad."
El mismo sentimiento de desprecio me ha producido la frase de su "¿señoria?" Andrea Fabra con su "que se jodan" ante la rebaja de prestación a los parados.
Puede que haya sido un arrebato de eufórico peloteo al jefe; pues ya se sabe que el ambinte grupal favorece la sobreactuación. Ahora le cabe rectiicar en público, dimitir,...o al estilo clásico; pagar su desliz supeficial de niña mimada y prepotente pagando de su sueldo las vacaciones de algún parado, padre de familia y con niños menores. con la misma cantidad que ella va a dedicar para la suyas y la de su familia.
Porque, si no lo hace, estoy segura de que el karma le pasará factura. Siempre ocurre...
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