Sony Grau

La alberca

Día 11

A la vieja se le cayó una moneda en el mercado y la bondadosa niña se apresuró a recogerla para que la vieja no se agachase. Antes de que la niña tuviese tiempo de dársela, la vieja se la arrebató bruscamente y riñó a la niña acusándola de ladrona.

Cuantas veces las buenas acciones son tergiversadas por quienes desconocen la bondad.

Quien funda su vida en el interés, ve interés en los actos de los demás.
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Día 12

Contra la vanidad no hay más que el discernimiento de saber nuestras limitaciones humanas.

Se cuenta que Antígono el Viejo recibía innumerables muestras de adulación de hombrecillos que pretendían sus favores.

En cierta ocasión un tal Hermodoto le proclamó en una apología poética “hijo del Sol y dios”.

El, con sentido común respondió: “el encargado de traerme y retirar mi evacuatorio (orinal), está tan enterado como yo de que tales epítetos no me corresponden.”

Huye, huye lo más lejos que puedas de los aduladores. Ellos son tan volubles y mezquinos que, al igual que te ensalzan, te golpearán en cuanto bajes de tu posición influyente.

Entonces serás doblemente desafortunado, pues al dolor de haber perdido tu vana.gloria, tendrás que añadir la pérdida de la confianza en ciertas personas; y esa sí es una gran pérdida.

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Día 13

Para comenzar el camino no hay que asustarse de los monstruos de nuestras emociones más tempestuosas. Cuando se presentan, hay que eludir el combate cara a cara pues ellas son terribles.

La ira es uno de los monstruos más temibles. Pero aun en el peor momento de su poder sobre nosotros, si serenamos un atisbo de la tormenta, veremos que hay una pequeña hendidura por la que se filtra un rayo de serena razón y con ella la solución y la paz.

Entonces es el momento de orar, de pedir ayuda a tus más altos sentimientos sagrados.

Una conversación mental con alguien que siempre te quiso bien, una lectura, una música, una plegaria sencilla...y no te importe repetirla una y cien veces; esa es la batalla que debes presentar ante los monstruos de las emociones terribles.

Son cinco, como los jinetes del Apocalipsis, pero estos más cotidianos: Egoísmo, Mentira, Hipocresía, Envidia, Ira.
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Día 14

Es hermoso tener proyectos, cuanto más difíciles mejor.

Así serás más dichoso y tendrás un sueño utópico para retomar el sendero diario.

¿Crees que Miguel Ángel fue dichoso al terminar la Capilla Sixtina? ¡No!

En ese momento empezó el desencanto porque nunca se logra la plasmación a la medida de lo soñado. La verdadera dicha la alcanzó mientras proyectaba en dibujos, montaba los andamios, mezclaba los colores, pintaba...

¿Por qué crees que los artistas rectifican tanto?

Para acercar su habilidad al arquetipo soñado.

Por ello te sugiero que tengas altos y grandes sueños, cuanto más difíciles mejor.

Porque si tan sólo logras una sombra, un reflejo de lo soñado, será una sombra magnífica, será un reflejo deslumbrante.
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Día 15

Enfocar nuestros problemas desde el microscopio de la razón nos hace daño y por eso evitamos analizarnos.

Somos cobardes.

Nuestra personalidad es como esa mujer hermosa que en sus primeros años de madurez, no quiere mirarse a plena luz ante el espejo, pues no soporta descubrir en su rostro nuevas arrugas.

La solución no está en romper el espejo.

La solución está en reconocer tus arrugas como algo normal en el ser humano que ha vivido muchos años y acontecimientos.

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Día 16

En el jardín, bajo el hermoso y delicado rosal blanco, brotaba una mala hierba exuberante, potente.

El joven e inexperto jardinero no hacía más que cortarla una y otra vez, ...y una y otra vez rebrotaba con más fuerza y vigor.

Otro jardinero experimentado le recomendó arrancarla de raíz, escarbando la tierra, y plantar en su hueco unas sencillas y humildes violetas.

No pretendas acabar con tus vicios tan sólo cortando con ello.

Arráncalos de raíz, escarba tu tierra subconsciente hasta hallar su causa, luego, con serena sencillez y humildad, planta en el hueco vacío de tu vicio una afición superior que alimente tu alma.

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Día 17

Un pajarillo inició el vuelo por primera vez y en su corto revoloteo se cansó en seguida y fue a posarse en lo primero que encontró; una caña agitada por el viento.

Cuando recuperó el resuello regresó jadeante hasta su nido
( que se encontraba en la rama alta y fuerte de un frondoso roble), contando muy asustado la experiencia a su madre.

La madre sonrío y golpeando con su patita la sólida rama le sentenció: “nunca confíes ni te apoyes en las cañas agitadas por el viento.”

Cuantas veces te has dolido de la insolidaridad de ciertos afectos, de lo agitado de algunas relaciones...

¿Por qué te posaste en cañas frágiles agitadas por el viento?

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Día 18

Amigo y amiga, muchas veces te has preguntado por qué las personas tenemos envidia unos de otros (unos más que otros, es verdad),pues porque, según dicen los expertos, nos dejamos llevar por instintos primarios de posesión ilícita y al no conseguirla, revertimos nuestra frustración en la persona que disfruta lo que nosotros pretendemos...

¿Sabes por qué?

Sencillamente porque estamos vacíos de valores espirituales.

Siempre habrá alguien más rico que tú.
Siempre habrá alguien más simpático que tú.
Siempre habrá alguien más inteligente que tú.
Siempre habrá alguien más hermoso que tú.

Pero si eres espiritualmente compasivo y bondadoso...
Serás rico, agradable, inteligente y hermoso.

Y lo más importante; serás feliz.
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Día 19

Algunos filósofos racionalistas afirman taxativamente que el humano siempre actúa por miedo o por interés.

Algunos filósofos idealistas afirman que algunos humanos casi siempre actúan por fines altruistas.

Algunas personas santas, no opinan; actúan por amor.

Y tú, ¿por qué motivos actúas?
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Día 20

Todas las filosofías morales, todas las doctrinas de auto concienciación, todas las técnicas de meditación insisten en la conveniencia profunda del conocimiento de uno mismo.

Es verdad...pero ¿para qué?

Desde mi más sincera y dolorosa experiencia puedo asegurarte que si careces de una finalidad altruista, de un ideal de vida en el cual abocar el caudal de tu auto conocimiento; serás como un campo arado y sin cosecha, como una campana sin badajo, como un violín sin arco.

Que tu conocimiento interior sea cosecha fructífera de fraternidad, volteo de alegría humana, melodía de concordia.

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