Sony Grau

                                                  La alberca

Día 30

“Per asperas ad astra” (Por lo áspero hacia las estrellas. (Máxima estoica)

La finalidad del conocimiento de uno mismo, tanto física, emocional, mental y espiritual es para mejorarnos y ser felices.

¿Para qué?

Para hermanarnos con el resto de los otros con los que formamos una cadena de unidad existencial.
Todos unidos hacia las estrellas...
Y esto cuesta.
Es una cuesta difícil, áspera, si no tienes la visión estelar.
Pero si la tienes. Si albergas la fe en esas estrellas que te aguardan (tus sueños y metas), lo áspero no te parecerá tal.

Lo mismo que al corredor olímpico no le importan los sudores y esfuerzos cuando espera ser coronado con el laurel del triunfo.

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EJERCICIO

Cuando tengas un disgusto, un problema, una inquietud; escríbelo. Escríbete una carta a ti mismo (o a la persona que te inquieta).

Escribe con toda sinceridad, con toda valentía, con todo el corazón.
Guarda esa carta. Verás como al cabo de un tiempo, cuando la releas, te harán sonreír muchas de las cosas que te agobiaron.
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MAYO
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Día 1

“De la corona de la Virtud, la perla más preciada es la humildad.” (JAL)

No pretendas ser humilde. Las pretensiones no sirven para lo sutil.

Se tolerante, se amable, se honesto, se buscador de la verdad en tus estudios, en tus lecturas...

Busca en cualquier libro de astronomía y localiza nuestro planeta. Verás que dentro de tanta grandiosa inmensidad del Universo, nuestra pequeña nave es algo ínfimo y dependiente del devenir del Cosmos. Y dentro de la minúscula Gaia estamos nosotros, los humanos, debatiéndonos en medio de soberbias teorías.

Sigue investigando y verás que arriba y abajo, hacia fuera y hacia dentro, nos acabamos encontrando con la inmensidad de lo desconocido.

Entonces, cuando compruebes el Gran Enigma de todo y lo poco que sabemos de Él; serás humilde.

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Día 2
                    

Has caído otra vez. Has tropezado por enésima vez en el mismo obstáculo porque, pese a todos tus intentos por conocer la “verdad”, sigues rigiéndote, desde que tienes memoria, por idénticas premisas.

¿No crees que ya es hora de cambiar la focalización del problema?

El obstáculo seguirá allí, en el mismo lugar de siempre, pero si tú no lo enfocas...no tropezarás más en él. ¿Sabes por qué? Pues porque el problema no es tal si no dejas que te afecte. Es así de sencillo...y es así de difícil, ya lo sé. Pero vale la pena intentarlo. Vale la pena probar.

Es como el cuento del labrador que, al salir de su casa todos los días al amanecer y tomar el sendero hacia su campo, siempre tropezaba con la misma piedra del camino y maldecía a la piedra una y otra vez porque, como era muy grande, no podía apartarla. Hasta que un viejo lugareño que le observaba le dio la solución; debía de cambiar de sendero.

Esta costumbre de tomar siempre el mismo sendero y enfocar tu foco hacia los demás...¿No crees que ya es hora de enfocarlo hacia ti mismo?

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Día 3

“Hay que vivir cada día como si fuese el último” (Marco Aurelio)

Eso es lo que se llama vivir con entusiasmo:

Vivir con la conciencia puesta en nuestra eternidad.
Disciplinar nuestros pensamientos.
Poner el alma en las emociones superiores.
Ocupar nuestro tiempo en actos honestos.
Adiestrar nuestro vehículo corporal en una vida sana.

Así se logra la libertad interior.

Así se logra la alegría de vivir.
Así se logra la divina juventud.

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Día 4

¿Sabes? Cuesta comprenderlo, pero según la medicina secular,

el dolor de nuestro cuerpo es la punzada de alarma para que cambiemos nuestros malos hábitos físicos antes de que llegue la enfermedad crónica.

¿Sabes? Cuesta aceptarlo, pero según las enseñanzas tradicionales, las desgracias son avisos para que cambiemos nuestra actitud, nuestro enfoque existencial antes de que llegue la consecuente anulación como persona.

No tomes pues como un castigo esa mala experiencia. Considérate afortunado y procura con todas tus fuerzas escuchar la voz de tu Yo que te alecciona ante la desgracia.

Deja que se filtre tu amargura en el alambique del dolor y lograrás sacar de ello un licor delicioso que te elevará al Conocimiento.

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Día  5

“Hay cosas que dependen de ti y otras no. Dependen de ti tus pensamientos, tus palabras, tus actos.

No dependen de ti las opiniones de los otros, sus actos, la fama etc.” (Epícteto)

Delimitar en nuestra razón las cosas que dependen de uno mismo y las que dependen de los demás, es algo que nos ahorraría un sin fin de sentimientos dolorosos.

Ante un problema de convivencia, que desgraciadamente es el problema humano más común, te propongo un ejercicio.

Primero, confecciona una lista con los problemas. Segundo, ve quitando los que no dependen de tu voluntad.

Vas a comprobar que muchos de ellos quedan fuera, ya que no dependen de ti. Que no te preocupen...es cosa del otro.

Lo que debes hacer es repasar la lista de tus errores... y trabajar en ello hasta lograr superarlos.

Experimentarás un gran sosiego, una luminosa alegría, una gran libertad. Porque no dependerá de nadie tu felicidad, tan solo dependerá de ti.

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Día  6

Qué hermoso es subir la montaña de los proyectos...Y qué duro bajarlos.

En aquella clara mañana de tu primavera, lleno de entusiasmo, pletórico de ilusiones, cantabas mientras escalabas hacia la cumbre de tu ideal: un amor, un proyecto, un trabajo...

Y qué triste es bajar hacia la ladera, cansado, abatido, con el sol de la tarde bañando de melancolía tus recuerdos: desengaños, fracasos, cansancio...

No te equivoques. Ambos, son las dos caras de tu misma realidad auténtica; la montaña de tu vida.

Las dos circunstancias pertenecen a tu experiencia, y como tal, deben servirte para mejorar tu alma.

Si la mañana te dio entusiasmo para ascender, la tarde te ha  dado sabiduría para descender.
Y de ambas cosas, lo más importante es que puedas convergerlas en una aceptación de goce existencial sin reservas.

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