La alberca
Día 11
Tú has cambiado, has
evolucionado, pero ellos no.
Tu crecimiento interior es
semejante a un joven buscador e inconformista que salió de su pueblo con ansia
de otros horizontes.
Recorrió varios lugares hermosos
de la tierra. Conoció otras gentes y opiniones. Visitó varios templos...y cuando
regresó a su pueblo vio con tristeza que todo seguía igual pues el único que
hubo “viajado” había sido él.
A
partir de ese momento sintió amor y compasión por los habitantes de su pueblo y
esperó la señal para hablarles de sus viajes.
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Día 12
La diferencia entre el
conocimiento y la Sabiduría , es que el conocimiento nos viene de fuera y la
sabiduría fluye desde dentro como un manantial.
El agua de este manantial nace
cristalina, sin contaminación, sin más elementos que los aportados por la
naturaleza. Pero en su recorrido se va enturbiando con los sedimentos nocivos
del cauce. De ahí nace el conocimiento.
De ti depende que por medio de
filtraciones y purificaciones, tuyas y sólo tuyas, puedas volver a beber de la
límpidas aguas del manantial.
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Día 13
“Cuando quiero buscarte, ya estás
dentro de mi” (Sal.139)
Buscó a Dios en la doctrina de
sus mayores y halló consuelo.
Buscó la Verdad en doctrinas
exóticas y encontró el mismo Dios.
Buscó la Sabiduría en los libros
y asimiló discernimieno. Dejó de buscar, de inquirir, de
cuestionar...
Filosofó, meditó, oró...y
descubrió que Dios estaba desde siempre en su corazón y que, esta Verdad, le
ofrendaba un reflejo esperanzado de Su Sabiduría.
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Día 14
“El hombre considera las obras,
pero Dios atiende las intenciones.” (Kempis, II-VI-3)
El asunto, el meollo está en no
engañarnos a nosotros mismos y saber discernir si verdaderamente nuestras
“buenas intenciones” son tales.
Analiza, de verdad y con
valentía, si tus intenciones no están disfrazadas de
bondad.
Observa bien de dónde surgen
porque, muchas veces, suelen ser arrebatos de egocentrismo con una finalidad
egoísta.
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Día 15
“Y al codicioso consume la
envidia” (Job 5-2)
Por mil veces te has preguntado a
lo largo de tu vida por qué hay gente envidiosa hasta el punto de hacer daño a
sí mismos y a los demás.
Claro está que tú también la has
tenido alguna vez, todos tenemos esa carcoma en el subconsciente, pero es
también verdad que te has apresurado a combatirla con implacable esfuerzo. Y
habitualmente lo logras.
¿Por qué otros
no?
Porque para ser desprendidos hay
que ser generosos y tener el anhelo en logros espirituales. Por ello, los
codiciosos, los que tienen puestos sus anhelos en los bienes materiales suelen
ser envidiosos.
Nunca están saciados porque el
poseer material es un pozo negro y sin fondo que nunca se satisface, nunca se
agota.
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Día 16
“Estaba a la vez consigo mismo y
con los demás” (Porfirio)
Para lograr esta armonía es
necesario conocer profundamente el sentido etimológico y ético de la palabra
concordia.
CON CORDIA. O sea, con el corazón
tuyo hacia el corazón del otro.
De corazón a corazón.
Que es como decir de sentimiento
a sentimiento, de dolor a dolor, de alegría a alegría.
Y
esta concordia te llevará a la compasión con los otros.
CON PASIÓN. O sea, con tu pasión de
vivir hacia la pasión de vivir del otro.
Y ya sabes qué conlleva la pasión
de vivir; luces y sombras.
Día
17
El joven novicio preguntó a su
maestro por qué todas las doctrinas espirituales se alejaban cada vez más del
origen, de su fundador.
Estaban en la orilla de un
hermoso y sereno lago. El maestro tomó una piedra y la lanzó al
agua.
Fíjate en el agua
-dijo-.
La piedra se hundió y al
hundirse, formó una serie de ondas de diferente intensidad que se debilitaban a
medida que se alejaban y expandían.
“Así es la atención y devoción
humana –dijo el sabio maestro mirándole a los ojos con dulzura-. Cuanto más se
expande y descentra, más se diluye y pierde su intensidad.”
“Por ello, mi querido discípulo,
has de tener siempre presente en la doctrina el Impulso y la Piedra que fue
lanzada en las aguas de la vida por el Maestro para nuestra
concienciación.”
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Día 18
Cuando puedas mirar a quienes
actúan contra ti y tener un sentimiento, sincero y sin soberbia, de
compasión...habrás vencido la más difícil de las luchas. La de ti
mismo.
Pero, recuerda, la compasión no
es desprecio ni lástima disciplente.
La compasión verdadera es sentir
que todos sufrimos la misma locura en este planeta y que unos en mayor
medida, y otros en menos, necesitamos un Médico amoroso que nos
cure.
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Día 19
Todas las cosas de nuestro mundo
cambian. Primero son potencia y luego actividad.
La arcilla con la que se hizo tu
cuenco.
El árbol con el que se fabricó tu
mesa.
El trigo con el que se amasó tu
pan.
Todo, todo, todo
cambia.
Solamente tu alma no muda jamás.
Es virtuosa y buena en potencia y debe de serlo en
actividad.
Las insatisfacciones de tu alma
podrán influir sobre tu cuerpo y tu carácter, pero las insatisfacciones de tu
personalidad no dañarán jamás a tu alma.
Ella está muy por encima de esas
pasiones.
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Día 20
Eres una persona sensible que
gustas de un mundo espiritual.
Es como un sentimiento que te
eleva hacia un anhelo de trascendencia.
Eso es una palpitación hermosa
que intuye que es posible.
Pero hay todo un mundo que nos
atrae magnéticamente hacia lo terrenal.
¡Y cuesta tanto seguir creyendo
en lo sutil!
No desfallezcas.
Vive con los pies en la tierra y
el corazón en el cielo.
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