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29 oct 2012

La alberca
Día 21
“La decadencia es inherente a todas las cosas compuestas; ¡Trabajad con empeño por vuestra salvación!.” (Buda)
Todo nace, se desarrolla y fenece. Desde la hoja de hierba hasta la estrella brillante.
Así, nosotros debemos aceptarlo con la serena sabiduría de quien se sabe de paso.
Nunca con un sentimiento nihilista. Al contrario. La certeza de nuestra fugacidad debe darnos más impulso para acometer nuestra gran empresa: conocernos y mejorarnos.
Conocer y reconocer nuestros fallos, nuestros vicios, nuestras mezquindades...y oponerles aciertos, virtudes y generosidades.
Así seremos salvados de la gran rueda de la materia.
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Día 22
Sí, PERO...
Cuantas veces formulamos esta objeción cuando nos encontramos con unas enseñanzas que nos suponen un cambio de rumbo, un viraje hacia otra dirección, un enfoque desde otra perspectiva opuesta a la habitual.
Sí, pero...
No queremos dejar aquel pequeño (o gran) vicio.
No estamos dispuestos a renunciar a nuestra cómoda circunstancia.
No queremos afrontar la lucha con nuestros fantasmas interiores.
Sí, pero...bla, bla, bla...
¿Quieres ser feliz o quieres elucubrar falsedades mentales con disfraz de filósofo?
Analizar, sí. Reflexionar, sí.
Lo justo y necesario.
Y después, elegir lo mejor para el Alma...y a otra cosa mariposa.
A entrar en la recta acción. A seguir viviendo como buena persona.
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Día 23
No utilices la astucia con las personas de tu entorno.
Utilízala contra tus enemigos.
O sea, contra tus vicios y pasiones.
Ya sé que, a veces, algunas personas de tu entorno se comportan contigo como tus enemigos.
Entonces, prevé sus futuros actos con astucia contra sus acciones...
Pero con amor hacia sus almas.
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Día 24
Todos los días al levantarnos nos esperan unas pruebas que superar.
Unos días serán pequeños incidentes hacia nuestra personalidad que nos afectan: un mal gesto, una desconsideración, una crítica negativa...
Otros días nos atraparán verdaderas pruebas en las cuales tendremos que poner en marcha todas nuestras capacidades físicas, psíquicas, mentales o espirituales para afrontar la “mala experiencia”.
Pero, recuerda, no hay “malas experiencias” si tu personalidad está dispuesta a escuchar a tu Alma. Ella te ayudará a encontrar la voz silenciosa de tu Yo interior que sabe el qué, por qué y para qué de esas experiencias.
Entonces, y sólo entonces, tus “malas experiencias” se tornarán por arte de magia, de la magia de ti mismo, en las pruebas enriquecedoras que superarás en provecho de tu crecimiento espiritual.
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Día 25
Qué lástima.
¿Sabes? En los momentos de mayor crispación ante una injusticia. Cuando nuestra pasión se desboca y enfurece con tintes de ira ante lo inicuo. Cuando parece que nuestras lágrimas no tienen fin, ante la rememoración del incidente que ha provocado nuestro dolor...
Elévate mentalmente hacia lo alto y observa lo minúsculo de lo ocurrido ante la inmensidad del Cosmos.
Después adéntrate en el fondo de ti mismo, de ti misma y bucea en las mansas y serenas aguas de tu Alma.
Surge a la superficie y, desde el corazón, emite esta frase sincera y serenamente: qué lástima.
Qué lástima que no nos hayamos comprendido Alma con Alma.
Qué lástima que nuestras sonrisas ya no se unan.
Qué lástima que se hayan bifurcado nuestros senderos.
Qué lástima que tengamos que esperar otra encarnación para entendernos.
Luego, cierra el cofre de este recuerdo... y sigue tu camino.
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Día 26
Amigo y amiga…
Al igual que el fulgor de la estrella que miras en el firmamento nos alcanza aun después de su extinción, así tus buenas acciones deben de iluminar a otros y ser recordadas aunque tú te extingas.
En el Universo nada se crea ni se destruye.
Todo es eterno.
Eterniza pues a través de ti todo lo positivo y no lo negativo.
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Día 27
No esperes que se te arreglen las cosas cotidianas para dedicarte a una vida espiritual.
No caigas en ese error tan común.
Jamás se arreglan del todo.
Es más, posiblemente se te arreglen mejor cuando rescates unos minutos del día para tu Yo superior.
Encuentra un hueco entre los muchos quehaceres de cada día y dedícalo a tu vida interior.
Puede ser un rato de meditación.
Puede ser un rato de oración.
Puede ser un rato de lectura de tema profundo.
Tú debes elegir...¡Pero hazlo!
Enciende cada día una luz, aunque sea una cerilla...
Y verás como, si perseveras en ello, esa pequeña lucecita se irá expandiendo en tu corazón y acabará alumbrando toda tu vida cotidiana.
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Día 28
Obligación y deber.
Toda nuestra vida está empeñada en obligaciones.
Obligaciones sociales. Obligaciones familiares. Obligaciones laborales. Obligaciones fiscales. Obligaciones económicas...
La verdad es que estamos empeñados, endeudados hasta las cejas con las obligaciones.
Y lo hacemos a disgusto porque son obligaciones, o sea, nos obligan desde fuera de nosotros.
Pero qué diferente si todo ello naciese desde dentro. Desde nuestro Yo consciente.
Eso es el deber.
Una fuerza interior que nos empuja a declarar: Yo debo...
Convivir en sociedad.
Armonizar con la familia.
Trabajar con responsabilidad.
Colaborar en los impuestos.
Pagar mis deudas.
Y sobre todos los deberes, el deber de mejorar para mejorar.
Mejorar yo...para mejorar mi entorno.
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