Para algunas personas la libertad de expresión se confunde con el "todo vale". Para mí, la opinión de cada uno es como la libertad; tiene el límite del otro en donde no se debe hollar su terreno. Pero también es verdad que cuando hacemos pública nuestra opinión nos exponemos a la controversia. Si no se quiere aceptar esto, mejor no nos expongamos públicamente. Por eso las tertulias suelen ser difíciles de moderar, sobre todo hoy en día en donde se confunden tanto los principios de controversia con arrebatatos mohínes, enfados y pataletas infantiles que se clausuran con portazos absurdos. También hay otra opinión generalizada hoy en día de que a un personaje público se le puede criticar, por ser público. Es cierto; pero hasta cierto límite. La crítica constructiva, razonada y documentada es positiva e incluso recomedable. La crítica corrosiva, burlona e incluso mendaz no lleva más que a la banalidad peligrosa que a veces acaba en calumnia. Además de descalificar al que la ejerce hace realidad el axioma: "Calumnia, que algo queda". Qué lástima...
No hay comentarios:
Publicar un comentario