Sony Grau

La alberca

Día 25

No temas pensar en la muerte. Ella es parte de la vida una.

Todas las noches ensayamos lo que es la muerte; descansa el cuerpo y retomamos la actividad al siguiente día.

No hemos dejado por ello de vivir, sólo que en ese tercio del día, hemos vivido de otro modo.

No escuches a los tenebristas que atemorizan con la Muerte-Nada...

Ellos si que no saben nada.

Mira, observa, reflexiona la creación del mundo en que vivimos: día-noche; ocaso-amanecida; marchitar-florecer; dormir-despertar...así continuamente millones y millones de años.

¿No crees que nos enseña una lección?

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Día 26

¿Es tan importante el triunfo?

Todos queremos que nos aplaudan, alaben, sonrían, saluden: “Ahí va fulanito, ¡qué estupendo es!”

En la familia, el colegio, la universidad, los amigos, el trabajo...hasta en nuestra esquela.

Desde un punto de vista psicológico es natural, es congénito a nuestro ser sociable.

Y desde un punto de vista ético es positivo si se logra de modo natural.

Pero aceptar una farsa, un soborno, una trampa, un engaño para que se nos aplauda en un círculo de farsantes e inicuos es tan patético como digno de lástima.

Vanidad de vanidades.

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Día 27

“La felicidad no es más que un sueño, el dolor es real” (Voltaire)

Por ello es conocida la sentencia filosófica de que la felicidad es la ausencia del dolor.

Tan solo tienes que recordar aquel momento doloroso, físico y psicológico, en que cesó y con cuanto placer disfrutaste de esa satisfacción, de esa beatitud.

Aquel día de fuerte dolor de cabeza… y cómo dejo de doler…

Aquel momento de disgusto amoroso…y cómo vino la reconciliación…

De este modo, cuando hagas balance de todos los acontecimientos de tu vida, no importarán tanto los goces como los dolores que has evitado o lograste sabiamente superar.

Y con ello te sentirás más humanamente fuerte.

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Día 28

“Ah, si algún don nos hiciera vernos como los demás nos ven” (Shakespeare)

Muchas veces, los otros tienen una visión de ti mismo que te sorprendería.

Pero no es la verdadera.

Por lo común solemos ser perezosos e infantiles para indagar más allá de nuestros prejuicios y tópicos.

Es como cuando se compra o rechaza un libro por la atracción de la portada; nos podemos equivocar en ambos casos. Solamente que seremos injustos con lo rechazado, pues no le habremos dado ocasión al autor para que nos explique su contenido.

Por ello, no te importe mucho las opiniones de los demás...ellos no tienen la razón (tendrán su razón) y mucho menos, el conocimiento esencial e integral de tu persona.

Ese no lo tiene nadie; ni siquiera tú.

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Día 29

Según los clásicos griegos el ser humano se compone de lo que es, lo que tiene, y lo que representa.

Pregúntate:

¿Soy un ser celeste y trascendente?.

¿Tengo algo o más bien me ha sido prestado? (Puesto que sin nada vine y sin nada me marcharé).

¿Qué papel estoy representando en esta tragedia humana?

¿Me doy cuenta de que soy tan solo un actor ocasional?

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Día 30

Entregarse a los demás es ganarse a sí mismo (D.S.G.)

Tienes conflictos en tu interior que no logras sosegar.

Tu mente es un campo de batalla en el que se enfrentan tus encontrados sentimientos.

Hay una solución para ello. Hazme caso; sal de ti mismo.

Pon orden y método en tu vida y cúmplelo a rajatabla.

Y dentro de este proyecto, ocupa unas horas de tu tiempo libre en ayudar a los demás. Ya sabes, organizaciones altruistas no faltan.

Así, ocupándote diariamente en ayudar a otros y estudiar y documentarte sobre el problema de los otros, encontrarás la solución a tus conflictos internos.

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EJERCICIO:

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Imagínate debajo de una claraboya y que te baña de luz dorada. Esa luz universal de la que forma parte tu luz interna. Relájate y pide paz y armonía. Agradece a todas las partes de tu cuerpo, una por una, su armónico buen funcionamiento.

Después, desde tu microcosmos únete al Macrocosmos, al Todo…Después regresa a ti

Ya en paz, si hay un problema, puedes atraer mentalmente a la persona implicada hasta tu círculo de luz. Allí puedes comenzar un diálogo haciéndole ver tu buena voluntad para superar el conflicto.

También se puede utilizar este ejercicio para pedir ayuda y para favorecer a otra persona.

Pero todo tiene un precio en la Ley de Causa y Efecto y por eso hay que hacer un sacrifico a cambio, sobre todo de purificación. Por ejemplo, te puedes privar ese día de algo que te gusta.