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3 feb 2012

La alberca

Día 30


La serenidad es imprescindible para razonar como ser inteligente.

Con la serenidad psíquica y mental. O sea, con la serenidad del alma y la razón, podremos controlar lo que pensamos, decimos y cómo lo decimos.

Así controlaremos nuestras ideas y nuestras pasiones.

Así seremos pilotos de nuestros veleros.

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Día 31


Intentar las cosas no basta.

Había tres ranitas que vivían sobre una mata.

Una de ellas siempre estaba deseando saltar hacia otro lugar diferente. Lo deseaba con fuerza...y lo intentó.

¿Cuántas ranitas crees que quedaron en la mata?

Tres. Porque, intentarlo, no basta.

Hay que tener voluntad en conseguirlo, conseguirlo, conseguirlo; hasta lograrlo.
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Ejercicio para fin de mes:
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Busco una habitación tranquila y media hora de intimidad. Cierro los ojos y me concentro. Visualizo mi problema o defecto que quiero extirpar de mi mismo para que deje de dañarme. Le hablo con serena firmeza y le comunico mi intención de prescindir de él.

Repaso mentalmente lo vivido en este mes de reflexiones. Comparo propósitos y resultados.
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Febrero
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Día 1


No tengas miedos.

Los miedos son signos de ignorancia y de inseguridad.

De niños temíamos a la oscuridad...hasta que ya mayores supimos que podíamos abrir la luz y disipar las tinieblas.

Esto nos dio seguridad.

De idéntico modo ocurre con todos los miedos.

Miedo a la vida, a la muerte, al fracaso, a las opiniones ajenas...

Recuerda, tú tienes el interruptor de la luz que disipa las tinieblas de los miedos.

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Día 2

La vida interior necesita objetividad.

Cuidado con lo que nos llega de fuera, sobre todo las opiniones.

Egocentrismo y egoísmo caminan juntos de la mano y hacen amistades peligrosas: vanidad, ideas circulares, orgullo, victimismo...son tumores cancerígenos para nuestra espiritualidad.

Sencillez y claridad deben ser lo que guíe nuestros pasos hacia la divinidad de nosotros mismos.
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Día 3

Lo has intentado y nada. Por activa y por pasiva, y nada. Incluso buscando la complicidad de terceros, y nada.

Esa persona no quiere saber nada de ti. ¿Motivos? Muchos, múltiples, infinitos; tantos como la mente puede decir y la autocrítica callar.

¿Sabes lo que puedes hacer?

Relájate y, mentalmente, piensa en un camino en que ibais juntos y cómo en aquella encrucijada del tiempo sus pasos se alejaron hacia otra dirección.

Despídete de esa persona con serena resolución, ella es la que se aleja, por lo tanto déjala partir sin rencor...

Sencillamente, adiós.

Y ahora, mira el camino que tienes por delante. Está lleno de proyectos, como flores que crecen en la cuneta esperando que tu las cojas.

Abre los ojos y... sigue por el sendero de tu vida.

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