Gracias, gracias y gracias a todos y todas los que visitáis mi blog; aunque estéis calladitos y no me dejéis ningún mensaje. ¡Me gustaría tanto saber vuestras opiniones! Pero está claro que muchas veces la timidez nos hace ser remisos a decir nada. A mi también me ocurre. Algunas noches escucho en la radio diferentes teorías que me impulsan a tomar el teléfono para opinar...y no lo hago. Pereza, timidez, en fin, tántas dudas, que al final me quedo callada y no le doy al locutor la alegría de saberse escuchado. En mi caso tengo una ventaja pues el blog, como es muy eficiente, me deja la huella (anónima) de vuestro paso por él. Gracias.
También quiero dar las gracias a todas aquella personas que me hacen llegar felicitaciones por mi novela "El laberinto". Algunas incluso confesando que les ha
"enganchado" su lectura hasta el final de su historia. Gracias de nuevo. Esto me hace sentir reconfortada ya que, el escritor, aparte de gozar escribiendo, no deja de ser un comunicador que se re.crea en cada lector; y más si a éste le gusta lo leído. Al menos eso creo desde mi humilde opinión y experiencia.
Bueno, hasta otra amigas y amigos anónimos
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