Sony Grau

La alberca


Día 16


“El sufrimiento no comprendido es muy difícil de soportar” (Carl Jung)

Superar el pasado es fortalecerse para el futuro.

Los acontecimientos dolorosos de nuestro ayer los debemos de sentar frente a nosotros, como quien dialoga con un viejo pariente, y lograr una reconciliación con ellos, si es posible.

Es un buen ejercicio. Coloca frente a frente dos sillas e imagínate sentada en una de ellas a la persona con la cual tuviste un desencuentro y quieres dialogar y no puedes (ella te ignora, o se ha ido u otra cosa peor...) Háblale (nadie te escucha, solo él o ella),con sinceridad, con el corazón.

Luego cambia de silla e imagina lo que esa persona te respondería. Tómate tu tiempo. Verás como te reconforta ese diálogo.

Si no, siempre podrás pactar un divorcio racional y seguir cada cual con su vida; esa persona en el ayer y tú hacia el futuro.
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Día 17


“Benditos los que lloran porque ellos serán consolados” (Bienaventuranzas)

Hay dos clases de llanto.

El llanto puramente físico y el llanto emocional.

El primero nos lo produce cualquier elemento externo (una mota de polvo, un olor fuerte, etc.). El llanto emocional se produce cuando se implica nuestra psique, nuestra alma.

Se ha comprobado que las lágrimas son diferentes en ambos supuestos.

Tan sólo las lágrimas emocionales eliminan toxinas que benefician a nuestra psique.

Por ello, cuando tengas una pena, no temas llorar ya que ello limpia tu alma, tu corazón y tu mente.

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Día 18

La serenidad racional debe de ser el timón de nuestra nave cotidiana. Pero no caigas por ello en la insensibilidad. No eres un robot. El velamen de la pasión es necesario para que tu nave avance...Pero guíala con el timón de la serena racionalidad.

¿Te imaginas un velero sin timón? El viento, hinchando sus velas, lo arrastraría hacia el desastre, sin rumbo.

¿Y sin velamen? Estaría siempre a merced de las corrientes y el flujo del oleaje.

Del mismo modo nuestras pasiones son necesarias para acometer con entusiasmo los sueños para mejorar...bajo la serena lucidez de la razón que guíe y asegure la ruta.

Así, bajo un claro cielo azul o un tormentoso cielo gris, podrás navegar, positivamente, tanto sobre olas magnánimas, como por corrientes traicioneras.

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Día 19

La vida es una escuela para aprender, entender, y rectificar.

Toda nuestra existencia no es sino una gran aula de perfección. El Maestro nos empuja, una y otra vez, a que copiemos la lección hasta que nuestra caligrafía y ortografía sea adecuada para poder comunicarnos bien unos con otros.

¿Cómo aprendemos? Con positiva curiosidad, con interés por saber...

¿Cómo entendemos? Por medio de los errores y el dolor reflexivo...

¿Cómo rectificamos? Con autocrítica sincera, valiente, además de tenacidad y trabajo.

Así, cambiarás tu vanidad en saber por Conocimiento; tus dramas por comedias; tus problemas por simples retos a superar.

Así podrás licenciarte en la ciencia y el arte de vivir.
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Día 20

Aquel anciano quería cambiar el mundo. Pero al descuidarse, el mundo le cambió a él.

Por ello, tú que aún estás a tiempo, que la juventud te invade de energía, no debes distraerte en banalidades.

No hay que bajar la guardia de nuestras mejores intenciones.

No hay que acomodarse a lo fácil...porque entonces se te quedarán atrás aquellos sueños hermosos de superación.

Aquellos proyectos solidarios para conseguir un mundo mejor.

Las oportunidades te llegarán muchas veces...pero debes de estar en vigilia mental para que, cuando arriben, no te encuentren adormilado.


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Día 21


Los problemas de la vida tienen su ciencia. Son una ciencia.

Los modos de acometerlos tienen su técnica. Son una técnica.

Los modos de solucionarlos... son un arte.

Por tanto, si te llega un problema, analízalo con inteligencia; acomételo con habilidad; soluciónalo con el corazón que es la sabiduría del alma.

Así lograrás ser artista de tu vida.

Así vivirás la vida y no dejarás que la vivan por ti.


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Día 22


Para lograr éxito ante los retos de la vida hay que evitar los errores de ser subjetivo y abrazar los aciertos de ser objetivo.

El ser subjetivo se esconde en sus circunstancias y no quiere afrontar los problemas por miedos.

El ser objetivo se desprende de la capa de comodidad y auto- justificación para buscar las soluciones.

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