Sony Grau

La alberca

Día 2

Solamente el esfuerzo personal puede ayudarte a segar el campo de tus pasiones.

Se cuenta que en cierto lugar de Oriente había un gran campo de arroz, en un extremo vivían un matrimonio y sus hijos. Allí, en el campo, también habitaba una gallinácea de agua con sus polluelos.

“Habrá que segar el arroz antes de que vengan las lluvias -le dijo el padre a su familia- y voy a esperar mañana a mis amigos que me han dicho que me ayudarán”.

Oyó esto un polluelo y fue a avisar a la madre. “No temas dijo ésta”. Y siguió anidada como si tal cosa.

Al día siguiente no llegó nadie.

“Mañana sin falta vendrán los parientes para ayudar” –dijo el padre-.

El polluelo volvió a avisar a su madre y esta siguió sin moverse.

Al día siguiente no fue nadie.

“Familia, mañana sin falta vamos a segar el arroz nosotros” –dijo esta vez el padre con decisión_.

Y la madre gallinácea dijo a sus polluelos: “hijitos, vayámonos de aquí que, ahora sí, se va a segar el campo.”
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Día 3

Los mecanismos de supervivencia tienen infinidad de resortes para enfrentarnos al peligro. Todos sabemos que, biológicamente, se dispara la adrenalina ante una amenaza, un peligro. Es una manera de alarma.

Esta acumulación de adrenalina en la sangre nos ayuda a superar el miedo paralizante y correr, luchar, saltar o lo que se necesite para salir de ese peligro.

La depresión, melancolía, tristeza, es una manera de alarma con que se manifiesta nuestra alma sensible, ante una forma de vida disconforme con nuestros más secretos ideales. Aquellos que nos ilusionaron en la primera juventud.

¿Por qué no intentar recuperar alguno de aquellos sueños?

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