Sony Grau

La alberca

Día 4

Variación de las herramientas. Las que nos sirvieron ayer
para arreglar nuestros desperfectos, no tienen porqué servirnos para los de ahora. Cada situación necesita de soluciones diferentes, de herramientas nuevas.

Por ello, no hay que temer a la renovación. Todo cambia, nosotros también debemos hacerlo.

Todo fluye. El momento de ahora ya ha pasado...

Del ayer tan sólo es el recuerdo.

Toda la creación, todo el Cosmos, está en continuo movimiento.

Por tanto, quien se para, retrocede.

Ya sabes amigo y amiga, cuando algo o alguien pretenda detenerte en tu camino de superación, haz igual que las aguas del arroyuelo que, soñando con alcanzar la mar, no las detiene nada ni nadie.

Pero, recuerda, para ello se necesita ejercitar el tesón y la voluntad.

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Día 5


“El árbol ha de ser sacudido por el viento para que pueda florecer de nuevo”. Chopenhauer

Renovar las formas es dejar caer lo que no puede madurar
(como hace la naturaleza en sus cambios continuos).

Las plantas que se podan nacen después más vigorosas. Hay que saber arrancar los brotes secundarios, tener la inteligencia del buen jardinero que poda las ramas inadecuadas para el buen desarrollo vertical del árbol.

Esto causa dolor...

Un buen jardinero sabe que después de la poda hay que restañar las heridas. Pero es necesario para que el árbol continúe hacia arriba y abra sus ramas con esplendor. ¿Por qué no hacemos nosotros lo mismo?

¿Por qué nos aferramos sentimentalmente a personas que no nos dejan crecer y florecer?
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Día 6

Hay que tener presente la finalidad de nuestra vida y actuar de acuerdo con esa meta.

Todas las técnicas que se nos enseñen para mejorar la existencia, no sirven de nada si no las ponemos en práctica ya que la experiencia es maestría.

El saber intelectual no basta; hay que llevarlo a la práctica.

Amigo y amiga, ponte como ejercicio a seguir una pequeña obligación que beneficie al prójimo. Una enseñanza espiritual o filosófica llevada a la actitud diaria. Por ejemplo, la virtud de la amabilidad, así: “Hoy voy a ser amable con todo el que se me cruce, incluso con los huraños y los antipáticos”

A medida que os ejercitéis podéis ir subiendo la dificultad, a lo largo y a lo profundo...

Descubriréis la doble ventaja del bien hacer, pues, aparte de mejorar la convivencia, os sentiréis vosotros mejor.
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Día 7

Para encontrar tu centro del que hablábamos:

Empieza por buscar tu punto físico más fuerte. Lo necesitas para que el cuerpo funcione y continúe.

Después, tu punto psicológico más potente y soñador. Si está dormido, despiértalo, lo necesitas...

Ahora céntrate en tu punto mental limpio y sereno...cuidado con la mente y sus piruetas. (La sabiduría védica la semejaba a un mono que salta de rama en rama).

La concentración mental es como una gran bola insonorizada en cuyo centro te acurrucas, intentas no pensar...Descansas.

Ahora es el momento de encontrar tu punto luminoso...Espiritual...Guárdalo en tu corazón y llévalo siempre contigo.

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