Sony Grau

La alberca


Día 9


La vida nos desgasta. Necesitamos alimentarnos cada día para seguir adelante.

También nuestro interior invisible se desgasta, necesita ser alimentado con buenos y sanos productos.

Los sentimientos, con causas nobles. Querer ser mejor. Luchar pon una causa utópica. Ayudar a quienes lo necesitan; necesitan de nuestra comprensión, de nuestra compañía, de nuestra solidaridad.

La mente, con pensamientos elevados. Pensar bien del otro, utilizar la razón equilibrada, no juzgar, ser ecuánimes.

Lo espiritual, el alma, con buena y fraterna voluntad. Saber que somos uno en el Todo y que no somos más que partículas de un gran cuerpo llamado Humanidad.

Por eso, ante el desgaste cotidiano, alimenta tus necesidades tridimensionales: sentimiento, mente y espíritu.

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Día 10

La paciencia es una virtud imprescindible para aprender a vivir.

Cuando las emociones, como caballos imperativos, te empujen para que sacies sus apetitos...modéralos con la brida de la paciencia.

Después, el autocontrol continuado te ayudará a reflexionar con serenidad para solucionar tus problemas.

Pero no confundas autocontrol con represión. Con ésta, a la larga, se resiente nuestra salud mental y por lo tanto también la física.

Haz como el agua de un río que fluye y fluye sin cesar y se adapta al cauce, salta peñas, busca su meta, paciente y tenaz no se detiene ante ningún obstáculo... Porque sabe su meta.
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Día 11



Todo el universo está acompasado a un ritmo.

Tú y yo también.

Nuestros movimientos físicos, nuestros sentimientos y pensamientos,...todo tiene su ritmo.

Sin ritmo no hay vida.

Sin el ritmo muscular nos atrofiamos.

Sin ritmo emocional, seríamos piedras.

Sin ritmo mental nos convertimos en autómatas.

Sin ritmo cardíaco, morimos.

Por ello, si las ideas que tenemos no las ponemos en práctica, se quedan congeladas, inútiles, estériles... Entonces el ritmo de nuestros proyectos se para...y morimos como personas idealistas.
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Día 12


Todos los días tenemos pruebas que vencer.

Unas veces son pequeñas. Otras veces son grandes.

Superarlas y seguir adelante, es un acto de heroicidad.

Alguien me enseñó que lo grande no era hacer un día alguna acción extraordinaria. Lo grande era cumplir con las obligaciones cotidianas, las sencillas y humildes, como si fueran especiales. En eso radica la heroicidad.

No debes avergonzarte por caer una, otra vez, muchas, infinidad de veces...

Lo heroico es levantarte y seguir intentándolo. Poner el esfuerzo en la continuidad de lo interrumpido.

Ese es el camino de la evolución como seres humanos.

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Día 13


Sigue corazón, si has resistido hasta aquí; puedes continuar.”
(Ulises en La odisea, Homero)

Amigo y amiga:

Es difícil combatir a las pasiones; tienen tanta fuerza...

Es difícil, sí, pero no imposible.

Tú también posees fuerza.

En algunos casos hay que utilizar la astucia.

¿De qué modo? Tú, mejor que yo, mejor que nadie, sabes cómo hacer frente a esa pasión que te corroe.

Ulises supo hacerlo. Mandó que le atasen al palo de su embarcación para lograr enfrentarse a los cantos de sirenas. Sabía que su voluntad no era suficiente y utilizó una argucia de su inteligencia.

Logró superar la prueba (no sin dolor y amarguras)...y continuó su viaje, “su odisea”, hacia la Ítaca añorada.

Busca tú también el apoyo de algún truco con el que atarte, poder vencer tus debilidades pasionales y así alcanzar tu Ítaca ideal.
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Día 14

No comprendes el porqué de muchas cosas que te hacen daño.

Te duele el corazón por los sentimientos heridos...

Te duele el alma por tus ideales desgarrados...

Debemos comprender nuestras limitaciones; pero no por ello las debemos de aceptar.

Seguir intentando comprender la causa que nos hizo daño y seguir teniendo fe en nuestros ideales más puros; es en lo que debemos trabajar para lograr nuestra liberación espiritual.

Para ello debes de tener la valentía de enfrentarte a tus defectos, esas mezquinas adhesiones que te limitan, logrando con ello el primer paso de conocimiento; el de uno mismo.

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Día 15


“Díscolos kerós” (tiempos difíciles), narra un canto griego.

Y es cierto. Estamos atravesando tiempos difíciles en donde el egoísmo y el miedo nos arrastran a la soledad.

Y no gusta a nadie. Ni a él, ni a mí, ni a ti. ¿Verdad?

Es más hermoso ser altruista.

Es más natural vivir sin miedos.

Es más alegre tener convivencia (que es vivir-con-los-demás).

Por ello, te invito a que comiences por ti mismo:

Se más altruista, se más natural, se más afable con tus miedos y verás que se esfuman como lo que son; neurosis de nuestro tiempo desquiciado.

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